Preludio
Escucho como se oxidan las ganas
de un protésico latido
que marca el final de este suicidio
emocional
hay un descompás que juega a las
canciones sin dueño
y amenaza con disectar mis huellas
dactilar;
Tu voz, como juguete ajado, descansa en
mi desvelo y
y anestesia las ganas de olvidar;
no participes en esta mortandad de
espíritu ni encabeces
ese séquito de lunas que se van...
El reloj permanece despierto toda la
noche,
el preludio de holocausto asoma por la
espalda...
y me tiembla la vida
cuando huelo ese miedo a ganar.